jueves, 20 de mayo de 2010

un volcán, grito emancipador del planeta. Se libera de nosotros, los humanos.

Para ser testigos, pagarlo con la sangre. Recordar y apreciar el volcán como un cuadro rojo, pegado en una de las paredes del ataúd. Un ataúd que ya no existe, todo es ceniza, la Tierra exclama su último aliento: la paz.

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